L a depresión es más que un sentimiento de tristeza. Las personas con depresión pueden experimentar una falta generalizada de interés y placer en las actividades cotidianas, pérdida o ganancia significativa de peso, insomnio o exceso de sueño, falta de energía, falta de concentración, sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva e incluso en algunas ocasiones pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
La depresión puede aparecer en cualquier ocasión y no es culpa tuya. Se tiene un mayor riesgo de depresión cuando uno está experimentado situaciones difíciles. Aquí hay unos ejemplos:
Algunas personas experimentan la depresión sólo durante ciertas épocas del año: se llama «trastorno afectivo estacional».
Si crees que puedes estar experimentado depresión, piensa en alguien con quien poder hablarlo. No siempre es fácil mostrarse vulnerable, pero es importante exteriorizar tus sentimientos: las otras personas no podrán ayudarte si no saben por lo que estás pasando.
Posteriormente será necesario buscar ayuda especializada. Un profesional será capaz de evaluar tu caso y darte las herramientas adecuadas para poder superar una depresión. Por ejemplo, puedes hablar con tu médico de familia para que te derive a un psicólogo, o buscar por ti mismo un psicólogo.
La recuperación puede tomar algún tiempo. No obstante, paso a paso serás capaz de volver a tus rutinas de siempre. Durante el proceso, es importante dejar atrás los pensamientos negativos y de culpa. No te culpabilices ni te avergüences: 1 de cada 4 personas han sufrido depresión. Está bien pedir ayuda y tomarse tiempo para uno mismo.